Lo invito a venir a ver cómo aprenden estas pequeñas aprendices de marinos.
En invierno, con frío, en unas instalaciones precarias, pero en un lugar espléndido.
Que pena que los que mandan no se den cuenta de una vez que vivimos en un sitio maravilloso para que los niños practiquen vela todo el año.
Hace falta muy poquito, la naturaleza ya nos ofrece todo lo demás gratis.
Es generosa, sólo hay que cuidarla.
Esto va por Lola y las demás chicas, sois las mejores.
Opa Bazán!.
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