El día 17 de agosto salimos tres navegantes de Santiago de Compostela rumbo a Barcelona y destino final Cambrills.
El objetivo de este viaje era ir a buscar el barco que se ha comprado un amigo, un Elan 333 que iba a cambiar el Mar Mediterráneo por el Océano Atlántico.
Llegamos sin mayores sobresaltos al Club Naútico de Cambrills donde nos esperaba el velero, seguramente tan ansisoso como su nuevo armador y sus ayudantes de iniciar la travesía.
Como ya era sábado a la noche, nos dedicamos a arrancharlo, ordenarlo y limpiarlo, puesto que hasta el lunes non podíamos compras los víveres y algún que otro utensilio necesario.
El lunes por la tarde, a las 16:00 PM partimos de Cambrills rumbo a las Columbretes, donde teníamos previsto fondear. Pero el tiempo no nos acompañó, viento, lluvia y mar, como se parecía este mar al nuestro.
Seguimos travesía y a la altura del Golfo de Valencia, pero alejados de costa bastantes millas, empezamos a ver cómo se formaban varias trombas marinas en lontananza. Piensas, "Con lo grande que es el mar seguro que no tenemos ninguna cerca". Error, nos apareció una sin previo aviso a unos 200 metros. Verla tan cerca, observar como levanta el agua de la superficie del mar hace que te acojones y que te des cuenta de lo poco que somos ante la naturaleza. Bajamos mayor a toda pastilla, metimos caña al motor y salimos por patas. Que medo mamaiña!. Me cagué por la pata abajo, no tengo rubor en reconocerlo. Evidentemente no hay fotos, no estábamos para conachadas.
Tras más de 30 horas navegando y bastante cansados por la travesía y la meto inestable decidimos entrar en el Puerto de Denia para dormir amarrados y tranquilos. Y justo cuando estamos entrando sale el Ferry de Balearia. Menos mal que nos dio tiempo a esperar en un metido de la bocana a que pasara. Que grande se ve al lado del velero.
Nos quedamos en el Náutico esa noche y después de repostar gasoil y agua salimos por la mañana a las 10:00 AM rumbo a Cabo de Palos, donde nos esperaba otro tripulante que se iba a enrolar en un par de etapas.
Atracamos en la bocana de la entrada porque el calado del barco hizo que tocase levemente la orza en el fondo cuando nos dirigíamos al Club donde nos habían facilitado una plaza de atraque. Sin mayores daños.
Allí pasamos la noche, no sin antes probar un arroz al caldero muy sabroso y disfrutar de la hospitalidad de nuestro acompañante cabopalero. ¡Acho!
A las 10:00 AM salimos de Cabo de Palos rumbo a Motril, navegación nocturna incluida, donde llegamos sobre las 17:00 PM del día siguiente.
Tras una ducha rápida, dos de los tripulantes cogimos un autobús a Málaga para ir al aeropuerto y montar en el avión de las 07:30 AM que nos depositó de nuevo en Santiago de Compostela.
Doy las gracias a nuestro fabuloso equipo de tierra, que nos consiguió los traslados para poder engranar todo el viaje de sábado a sábado y que desarrolló una labor logística maravillosa.
Todo el viaje fue una experiencia en todos los sentidos.
El barco y sus nuevos tripulantes siguieron singladura. Actualmente el velero está en Vigo, esperando que esta semana lo traigan por fin a su puerto base de Sada.
Fin.
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