Dados los precios abusivos de Sada decidimos traerlo a Ferrol, a la Graña concretamente.
El trabajo lo íbamos a hacer mi socia y yo, la primera vez que nos metíamos en este fregado.
Pero como somos chicas listas y apañadas sabíamos que el resultado sería satisfactorio, y sobre todo màs barato. Imposible is nothing.
Salimos de Sada un viernes a las 12:00 a vela, un día precioso y a las 15:00 andábamos ya dando bordos por la Ría de Ferrol esperando a las 18:00, hora de la pleamar. Un paseo precioso.
El izado del barco fue rapidísimo, en un plis plas lo teníamos depositado en la cuna. Gracias a Juan y a los voluntarios que por allí andaban.
Ya eses mismo día le dimos con la karcher para sacarle la porqueria,un limo muy superificial, nada de crustáceos tocapelotas.
El sábado al mediodía pusimos la cinta de carrocero y empezamos con la primera mano de patente autopulimentable. En algo más de una hora listo el trabajo.
Y a comer a la Cetárea de San Felipe una centollita, que bien nos lo merecíamos.
El domingo por ta tarde la segunda mano de patente. Y ante la amenaza de lluvia el ritmo de pintado fue supersónico, en media hora listo.
Como el lunes era festivo tuvimos que esperar a la mañana del martes para poner el barco en el agua. Otra vez todo super rápido y de nuevo rumbo a Sada, cruzándonos con los delfines a la altura de los Castillos.
No hay como hacer las cosas uno mismo siempre que se pueda.
Es de lo más gratificante.
Fin
